"Al día siguiente no murió nadie."
José Saramago
# ÚLTIMA MUERTE #
Te perseguiré desde el alba
hasta el crepúsculo
con mi guadaña de latón,
pintaré tu sombra con sangre,
tendrás, por fin, lo que eres.
Escribiste los azares
meticulosamente y sin piedad,
impartiste el dolor
con tu mano impávida,
como si fuera tu deber, cosa de nada.
Rondás insomne con más nombres
que el sol y tu alma, si existe,
es lúgubre oscuridad insondable,
es terror en el filo del miedo,
es vigilia llevando tormento.
Quiero encontrarte desprevenida
en un callejón desolado
saboreando tus triunfos execrables
y ejecutarte sin imposibles
con la crueldad que mereces;
y juro, no tendrás requiem ni responso,
ni ataúd, ni mortaja,
nadie llorará tu podredumbre,
no habrá dios, ni santo afligido,
los gusanos preferirán no infectarse,
la tierra te expulsará de sus entrañas,
ni una nube vestirá de luto,
el cielo bendecirá la paz en su borrasca
y el infierno, cínico y mordaz,
reirá con carcajadas estridentes
y no por tal frío funeral,
sino porque nadie jamás llevará flores
al lecho de la muerte muerta.
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