lunes, 21 de septiembre de 2015

# MATAR AL MENSAJERO #




# MATAR AL MENSAJERO #

Desaparece el cuerpo,
supongo que habrá oscuridad
o un telón blanco que no termina jamás,
a esas alturas da igual.
Ponerle fin al cuerpo es
ponerle fin al alma
porque fidedignamente
sólo existe en la mente.
Un amigo te espera,
te quiere ver llegar
para que le digas
que todo fue una broma,
fuma y espera con las lágrimas
atragantadas y un dejo de esperanza
cimentada en la incredulidad,
¿cómo te ibas a ir así?
nadie llega y noches de estas
solamente sirven para recordar,
naufragan lentas, aturden.
El viento golpea
y hace trizas el adiós
que nunca pudiste dar,
el insomnio hace inventario
de historias olvidadas,
da rabia que mañana salga el sol
y que todo prosiga como si nada.
Condolencias, requiems,
oraciones a un dios sin dios,
flores, rituales, consuelos;
toda la rutina es vana
cuando llega la muerte
y escribe un nombre con su abecedario,
da rabia que tenga ese derecho y
que nadie pueda matar al mensajero.