domingo, 26 de enero de 2014

# PROCESIÓN #




# PROCESIÓN #

Estoy adoctrinado por la oscuridad
de los planos interiores
donde los horrores del ser
se manifiestan encarnizados,
fluye por dentro la procesión
de la mente como una avalancha
que arrasa con cada certeza
si es que todavía queda alguna.
Cada latido no garantiza
el siguiente y eso me tiene
sin cuidado. Por eso me deshago
de los temores primigenios
del hombre, barro con la muerte
y el desamor, el hambre y la soledad,
entierro preconceptos y costumbres,
las formas y los modos,
todo lo fundamental
se hace pedazos en mis manos,
todo arde, se hace cenizas,
el viento se encargará.
Me alejo de lo que llaman vida
sin precisar desaparecer,
por dentro me libero,
creo irrealidades,
hay calma, hay colores,
hay un lugar mejor,
pero por fuera
el mundo sigue allí,
empañado, infernal,
lúgubre, dañino,
el mundo
hecho máquina
envenenado por
nuestro propio paladar,
el mundo y sus laberintos
y sus precipicios y sus espejos
y su sin sabor y sus relojes
y su gente inconstante.

El mundo en su todo siendo nada.