lunes, 21 de diciembre de 2020

# ABISMO #

 


# ABISMO #

Huyó el tiempo como en una ráfaga,
un cross en la quijada, la sangre por el suelo.
La lluvia tormentosa no limpió la vereda,
por las grietas del asfalto cuela el derrame
formando venas incesantes que laten
al rojo vivo, clamando que todo acabe,
que cierren las puertas del cielo,
que la tierra se engulla a si mismo,
que el fin al fin se precipite
sobre santos y pecadores,
sobre incrédulos y nihilistas,
sobre los que hasta el último segundo
lo desmintieron, que decían que eso
no 
podía
ser
y sobre los que siempre lo supieron
y que no dijeron nada porque 
eran 
locuras 
suyas,
espectros del miedo,
paranoias latentes, silencios incómodos,
recorridos de la mente que se supone
que no tienen salida, ni sentido.

El abismo es todo oídos.
El abismo se ríe.

El abismo avanza
y se traga al precipicio.