martes, 12 de abril de 2016

# GUERRA CIEGA #




# GUERRA CIEGA #

La noche luciérnaga titila
y ansiar otro trago y otra anestesia
es inevitable;
buscamos la oscuridad porque la luz
es demasiado clara, tanto que
enceguece. Pero no son los rayos
del sol los que encandilan sino
los que vienen desde la pantalla
en forma de discurso, noticia,
ley o verdad absoluta.
Se disputa el pueblo quién
es la salvación, 
se rasgan las vestiduras
enarbolando nombres de líderes
que jamás verán codo a codo,
con ellos, hundirse en el fango.
Y lo penoso es que la pelea,
por supuesto, también es ciega, 
desde monitores, mensajes de voz,
redes sociales y chats.
Ya no sangran los cuerpos,
ahora sangran las mentes.
Sin embargo, la historia
vuelve una y otra vez
sobre sus pasos,
retoma caminos de odios pasados
porque el futuro ya se olvidó de
como escribir la palabra revolución.

En definitiva, si el tuerto
tuviera algo de conciencia,
en este mundo de ciegos,
se volaría
la 
cabeza 
de 
un 
tiro.