# LA PUERTA #

# LA PUERTA #

Te espero coronado de ansiedad,
sigo tu recorrido, pregunto los plazos.
Te saboreo en la mente, te adoro sin verte.
Construyo un mundo eterno a tu lado
(me engaño, como en el amor,
sobre tu obsolescencia programada).
Sueño tu llegada, despierto y dormido.
Sos el acontecimiento del día
y de los que vendrán(cuando te tenga).
Te creo único, ¿me crees?,
se que sentís, ¿y pensás?
A estás altura ya debés
saber todo de mi, ¿te elegí?
¿O
me
elegiste?
Suena el timbre,
dopamina y sobresalto,
baja el ansia,
te recibo metido en mi sonrisa.
Tan perfecto, te desenvuelvo,
sos mío tal que yo tuyo.
Nos sincronizamos,
nos programamos,
somos complementarios.
Sos mis secretos,
sos la máscara que nadie ve,
sos más verdad que yo.
Te tengo, me tenés,
nos tenemos.

Y cuando te asimilo
como parte de mi todo,
tarde entiendo que sos
la puerta hacia un mundo
de
más
consumos.

# PERSONAS BONSÁIS #

# PERSONAS BONSÁIS #

Están por todos lados,

aunque no las quieras ver.

Quieren imitar, pero no son.

Quieren aspirar, pero no llegan.

Las raíces limitadas por el contenedor,

enjauladas en esquemas de

subsistencia económica,

mientras la noria gira imperecedera

en su limbo de llegar o no llegar

  a fin de mes o a fin de día.

Pisoteadas por la inteligencia artificial,

obsoletas del mercado empresarial,

damnificadas del daño colateral,

estadísticas que tienen que existir.

No ser olvidadas es la utopía que perdieron.

Quieren imitar,

pero no son.

Quieren aspirar,

pero no llegan.

Son necesarias,
sin embargo.

Son útiles, hambrientas, ausentes, imprecisas y fantasmas.

Facultadas para ser raquíticas en sus pensamientos (y sueños)

y como toda buena mayoría, hija insana del impío capital,

son la base perfecta para que los otros pocos sean lo que son.