viernes, 27 de enero de 2012

# HIROSHIMA, MON AMOUR #















"Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar
una lluvia de destrucción desde el aire como la que
nunca se ha visto en esta tierra."
Harry S. Truman

# HIROSHIMA, MON AMOUR #

El 6 de agosto de 1945, en Hiroshima,
todos los relojes se pararon a las 8:15AM,
el mundo palideció, sangró inapelable,
nunca un clamor de guerra se oyó
tan fuerte y definitivo.
Fue un volcán atómico ardiendo en un suspiro,
un hongo tóxico explotando en cada alma.
De un segundo a otro miles de vidas
fueron sepultadas en el aire dejando sólo
sombras difusas y engendros inhumanos
como herencia inmaterial, como memoria solemne.
Fue tal la ferocidad abrasiva
que ningún alarido de lamento llegó a sonar,
ninguna maldición vengativa, ninguna plegaria ciega,
todo fue un silencio inmenso envuelto en llamas.
Y ya nada podía nacer allí,
el veneno quedó sembrado,
sólo la adelfa, flor envenenada,
asomó su color como símbolo locuaz,
como retrato de la muerte.
La tiranía busca poder a toda costa
y no conoce la palabra humanidad,
no hay más maldad que la que el hombre
puede inventar en su mente genocida.
Ningún dios o demonio
hubiera podido elucubrar tal perversidad,
no hay fantasma criminal con tanta frialdad.
No hay pecado o placer que habría podido
argumentar aquella atrocidad inconmensurable,
no hay fin absoluto en la tierra
que justifique tales medios;
un arma psicológica ensamblada
con ansias de destrucción no pretende
solamente infundir miedo,
quiere matar, degradar la vida,
hacerla cenizas para que la tierra las engulla,
quiere asesinar y asesinar y asesinar
hasta que no alcanzen los cementerios
para tanto cadáver.

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