lunes, 26 de diciembre de 2011

# MASCARADA #

















# MASCARADA #

Los monstruos pueden dormir,
pero jamás apagarán su hambre,
las máscaras pueden inventarse,
pero no durarán para siempre,
la verdad que te libera o te condena
definitivamente, es indeclinable.
A mi me da igual si tu caos dura
lo que dura tu dosis,
si tu mundo duerme en el regazo
de un dios perfecto,
si tu sangre tiene patria
y late tradición y buenos modos.
Serás lo que sos y has sido para siempre,
tus palabras serán tu ataúd
y tu llave maestra,
tu amor real y tus fantasmas,
tu abrazo cordial y tu puñal siniestro.
Si vas a mirarme a los ojos,
será mejor que seas solemne,
que digas lo que tengas que decir
y que claves tus alfileres,
no tengas dudas de que si mi odio
lleva tu nombre en la frente,
lo tendrás pegado a tu pensamiento
y será imborrable;
quiero oir tu maldito veneno,
ese que guardaste cuando masticaste
rabia cínica y silencio trémulo,
yo se muy bien tu hiel inusitada,
tu control centinela,
tu desprecio insoslayable,
tus muelles que crujen cuando
pretendés que nadie los oiga,
tu espectro marchito que germina
sólo en tu oscuridad infecta,
tengo bien clara tu niebla,
tu ala reluciente y tu luz bandida,
tus rincones inconsolables
y tu mórbida felicidad,
ya se, ya se, no te sirvo de nada,
soy innecesario en tus protocolos
y mi rumor es sólo viento hueco
que apenas roza tu cabeza,
pero no tendrás la paz
que ahora mismo enciendo,
conocerás que significa,
pero no entenderás nunca
este espacio ensombrecido
donde el mundo se desvanece
y tu alma se ve diáfana
aunque la tiñas con colorines,
carnavales o absurdos cuentos
que nunca jamás te creíste.

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