jueves, 18 de agosto de 2011

# GENTE QUE ENVEJECE II #


# GENTE QUE ENVEJECE II #

Envejecer y sin crecer,
sin llegar al techo de tu astucia,
sin haber vivido lo suficiente,
es decir, tu pretensión.
Es que todo se reduce a un error
en el cálculo de huesos y perezas,
de impulsos y despertares,
siempre se te hace tarde
porque la cabalgata del reloj
es inexorable,
no se detiene ni repara en nostalgias,
en señales, en cadáveres,
no da pausas del alma
ni recapacita en besos;
queda contar nuestra historia
llena de migajas de vida y sangre,
después de todos los andares y recovecos,
algo valdrá el relato,
tal vez la bitácora de tantos
naufragios sirva de guía hacia
algún buen puerto,
tal vez hacia el requiem de la locura
o del fracaso categórico,
uno no evalúa su final
porque simplemente
no lo ve venir
y si lo logra contemplar,
si viene con augurios,
ya pierde sentido cualquier conclusión,
ya, no sirve hacer inventario de nada,
nos dejamos solos, engullimos misericordia,
autocompasión, nos ven(nos vemos) entre lágrimas
que no pueden ser secadas por el consuelo
del mil pañuelos enamorados,
ya tendidos y agitando la bandera blanca
sólo nos queda regalar
un te quiero,
un gracias
para luego dar paso a lo inevitable,
un silencio ensordecedor
para bocas enmudecidas de muerte.

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