domingo, 7 de agosto de 2011

# EMPATÍA #


# EMPATÍA #

Los besos no llegan a animarse,
los brazos no quieren desanclarse,
o si y por eso atajan aire frío,
por eso se pierden de tan cercanos.
El amor es una disputa,
una confrontación de nuestras historias
y nadie quiere quedarse solo,
nadie, aunque lo intente,
aunque se sepa que es la única salida
que lleva a otra puerta.
Somos el capricho del reloj
y todo lo que queremos,
las murallas nos dicen nuestras chances
nuestro horizonte,
nuestro kilómetro por hora,
nuestro riesgo,
a veces son invisibles,
a veces se desvanecen de un soplido,
a veces son infranqueables,
a veces dejamos nuestros huesos
en su regazo, en sus garras;
esos muros tienen un corazón,
un corazón que se enferma si quiere querer
y que nos deja al descubierto
esbozando maravillas,
creyendo milagros,
cruzando los dedos
y nada parece tan frágil como es.
Lo fatal es que si rompemos las murallas,
el corazón queda desnudo e indefenso
y ya, ahora mismo,
presintiendo
la inevitable arritmia
que despertará cuando este descubra
que la empatía con otro pecho
es imposible sin costumbre
y dolores cambiados.

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