martes, 20 de septiembre de 2011

# CONTRA EL TIEMPO #


















# CONTRA EL TIEMPO #

Corremos dejando una estela
de presión y apuro a nuestro paso;
de la boca, de los ojos, del alma
gotea una tristeza irrefrenable
que se alimenta de resignación
y sin embargo, nuestros pies no paran.
Es nuestra lucha sin vida contra la vida,
con todo lo que eso conlleva,
pero más que nada,
contra su relojería inapelable,
su escalera de calendarios,
sus alarmas sordas y ensordecedoras;
el temporal de lo temporal.
¿Qué nos apremia?
lo que creemos que realmente importa,
esa seguridad tan endeble que
se nos cae del bolsillo,
ese amor que nos consterna,
que no sabemos mantener,
que nos gasta o malgastamos,
esa paz que, desde el infierno,
le reza al cielo para que no la olvide,
porque nosotros si que olvidamos.
Dirán que no está bien pasar hambre de ambición,
que no subir es caer irremediablemente al abismo
de los que son señalados con el dedo.
Que hay que ser veloz, porque el tic tac de los años
nos terminará condenando a la obsolecencia,
no hay libertad ni sangre que valga;
pero confío que podemos tener otras alas,
unas pintadas en sueños escondidos
y así distraernos del dolor,
aunque el dolor no se distraiga,
podríamos matarlo,
pero nos mataríamos.
A veces es mejor tragarlo, otras vomitarlo,
lo importante es saber elegir,
lo difícil, es tener la chance de poder.
No quiero salvarte ni salvarme,
se que nuestras brechas son las mismas
e igual de inconsolables
y entendí, finalmente,
que el tiempo está hecho para perderlo
y para perdernos, por eso
no huyo, ni creo, ni espero nada de el.

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