domingo, 20 de noviembre de 2011

# PARA BIEN O PARA MAL #


















# PARA BIEN O PARA MAL #

No me explico a veces
porque no concierto en la ternura,
la piel se me hace agua
y todo desemboca en los charcos,
ya no sueño lo que serviría,
ni descanso ni fantasía caduca,
el sol se me cuelga del hombro
y frente a su luz luciérnaga
no hay nada que hacer,
todo queda demasiado claro,
demasiado expuesto,
aunque los rumbos, en penumbras.
La muerte es siempre más joven
de lo que debería,
siempre va matando conjuras,
esencias, precisiones;
la ruleta gira, se detiene
y vuelve a empezar, no hay caso.
¿Y el futuro? que tonto que le crea,
que innecesario su vaiven,
maldito precario salvataje del presente,
no quiero pensarte con encanto,
no quiero que me mires desde tan lejos
con esa sensación de conocimiento,
con ese aire de sorna tan frío.
Ya se lo que dice lo incierto,
que la luna nunca aviso de la noche,
de los entresijos proyectados,
no le importa que el alma se debata
por la sangre que no tiene,
ese vacío escalda, trampea
y mancilla el impetú de vida;
las horas son tan ciertas de madrugada
que a veces quisiera esconderme
entre las agujas del reloj
para que el tiempo se olvide de mi;
pero claro, la alarma vive en vigilia
esperando su momento de gloria
para vociferar su grito mortaja
que nos envuelve con lo que nos queda
que es siempre tan poco.
¿Qué planes quedan?
tampoco llego a leerlos,
así que seré realista y solemne,
cerraré los ojos
y la suerte seguirá siendo
mi única referencia abarcable,
para bien o para mal.

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