viernes, 11 de febrero de 2011

# MENUDA VISIÓN #


# MENUDA VISIÓN #

Y era claro que la realidad no le alcanzaba,
decía lo que pensaba y quería ver distinto,
nadie le iba a creer la vida que encontraba
cuando dejaba los pies debajo de la cama
y los lastres aparcados en el olvido.
Por supuesto que alimentaba su muerte
y sólo para borrarse el número,
quería explicar, explicarse
que naturalmente nacemos
desde adentro
en las periferias que existen
y que ignoramos.
Las paredes reales crecen en cada rincón,
y aunque sean heterogéneas,
en su libro de instrucciones,
todas cumplen el mismo rol,
Si quieres saber cuál es,
date la cabeza contra ella
o intentá mirar a través.
Y era claro que la realidad no era lo suyo,
si buscaba dentro de ella besos psicotrópicos,
quería mojar su lengua en los pantanos
sin retorno de la esquizofrenia,
ver el mundo que no es el mundo,
pasear por los remotos pasadizos
de la locura, ser ella,
perderse para encontrarse,
y
claro,
alejarse,
vestirse de nadie,
morirse de lo mundano,
naufragar en la parestesia,
consumirse de pánico y
temer, desesperar, pero salir
flotando en un brío espontáneo
de valentía indeclinable,
enaltecer la sensibilidad
que petrificamos cuando
nos dolió toda la humanidad,
desglosar la existencia cifrada
que nos llena de silencio
y palabras mudas,
dormir en el vacío
donde
siempre
se vive soñando
pesadilla
o
utopía,
Y probablemente, entristecido,
sepa que todo su idilio
sea una mentira más
del hombre o del espíritu,
que al fin y al cabo,
son lo mismo,
quizás sepa que más temprano que tarde
todo explote en la función del despertar,
y tal vez volver al lugar de donde huyó
sea aún peor que nunca marcharse,
quizás ya patinó una lágrima,
quizás ya sintió la soga
tirando, así, impía,
de su cuello,
quizás ya archivó
todas sus perspectivas
del horizonte,
quizás, finalmente, perdió
la partida
y nada le importa ya
porque nada vale la pena,
quizás sea eso,
menuda visión.

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