domingo, 13 de febrero de 2011

# EL VAIVÉN #



# EL VAIVÉN #

Me marcho para bien,
aquí no hay hogar, adios,
y también vuelvo sin estar,
paradoja de mis rutas,
que cuando digo ya no estoy
algún día me encontraré.
si me voy, está el regreso,
con la alfombra de bienvenida,
ansioso en la ansiedad,
descomponiéndose de añoranza,
si vuelvo, está la despedida
invitándome a partir,
horadando la nostalgia
de lo que extrañé.
A veces, lejos,
llego de otro lado,
de otra forma,
empezando a crecer
de mil veces por todas,
crecer, pero sin años,
sin tantos olvidos
ni tantos futuros,
acá estoy de vuelta,
con mucho ayer
y el mañana
de
mañana,
allí plantó mi estaca
de todo lo que quiero
y todo lo que no alcanzo,
allí todas mis semillas
perpetúan la alegría
o rozan espinas
esculpidas por el tiempo,
y si cambia todo por cambiar,
quién dice que tal vez
sea yo el distinto
o que el mundo ruede
por la escalera,
en definitiva,
da igual,
lo importante no es quién,
sino qué,
lo fatal es para quién
y para qúe,
porque de todas formas,
sabemos:
la gente es la misma,
yo soy el mismo,
como el árbol
que pierde y renueva
sus hojas de siempre,
así estoy, volviendo
o partiendo y sin moverme,
es toda mi alma danzarina
que se columpia en el vaivén
de la conciencia,
es yo, desde adentro,
que viene y va,
cambiando y creando,
huyendo y arribando,
redefiniéndose y
diciendo,
diciéndose,
¿hoy quién seré para hoy?

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