martes, 15 de febrero de 2011

# MÁS DE LO QUE CREEN #



# MÁS DE LO QUE CREEN #

No se me dan las canciones,
ni los buenos tiempos,
no se me dan los sueños
(¿a quién si?),
ni el buen amanecer.
No es que quiera decir
quien soy,
ni que quiera entablar
una intrigante
enumeración caótica,
es sólo el espejo roto
y
yo.
No se me da lo justo que decir
ni el silencio apropiado,
no se me da, no,
el destino y sus naipes.
La suerte cuenta, pero no,
qué va,
el peor postor
traga el barro
y siempre lo encuentro
a
mi
lado,
compartiendo su porción.
La diversión es ir
con las de perder
y ganar en el último
fuego del aliento,
¿y a dónde apunta todo esto?
no lo se,
la situación es compleja
y no se me dan
las situaciones complejas,
pero verán, a veces
es sencillo escapar,
huir de todo lo dicho
y del quid de la cuestión,
más de lo que creen,
porque, miren,
pegamos el beso cálido de invierno
junto a todo el mundo que cabe
en dos personas ciertas y obtenemos
eso que nunca conocimos del todo,
el amor.
Y el amor sabe que lo desconocemos,
y a pesar de eso,
que lo tenemos pegado en la solapa
como quien no quiere la cosa,
como quien cree ciego,
¿como quién? como todos.
Después, te cuento de la muerte,
que cuando parece que está terminando,
recien va por el principio,
sin entender la vejez ni la inocencia,
cuantificando y justificando
sus males y sus justicias,
pero siempre desbalanceando,
desmitificando la fe
y brindando sonriente en cada funeral.
Allí oscila la vida,
en el resumen del amor y la muerte,
lo demás es nulo o publicidad,
practiquemos quienes somos,
cada segundo,
frente al amor y a la muerte,
lo demás, verán, no es tan urgente.
¿Y a dónde apunta todo esto?
a que hayan olvidado
lo que no se me da,
el espejo roto
y su reflejo,
funcionó
¿han visto? a veces
es sencillo escapar,
más de lo que creen.

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