miércoles, 3 de noviembre de 2010

# CON SANGRE #



# CON SANGRE #

Se apagó la luciérnaga del porvenir,
la rosa de los vientos perdió el sentido,
los conceptos de la libertad se fugaron
y eso bastó para dejarme en babia,
ya pasó un largo rato desde la última felicidad,
un rato de calendarios apilados en el espacio
donde se quiebran los recuerdos
como piedras de tierra seca.
Pero todavía tenemos el amanecer,
aunque trémulo y lapidario,
y administrado por los reyes
y sus manos de dedos prestidigitadores
que barajan el mundo y reparten
dando honores al olvido,
trivialidad al silencio
ojos al sordo,
y oídos al ciego,
estableciendo vocablos que condicionan,
y cruces para el cuello,
desmintiendo holocaustos,
matando con subterfugios
y brindando con sangre.
Yo no,
yo no doy
trivialidad ni honores,
ojos ni oídos,
vocablos ni cruces,
no desmiento,
no mato,
no brindo,
tal vez usted tampoco
(ojalá),
pero es terrible,
y desalentador
y despreciable
ver que si,
que hay quien si,
y que además brinda
y con sangre,
que es la nuestra,
que poco a poco se derrama
y va tiñendo el amanecer
en su dormido despertar

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