sábado, 27 de noviembre de 2010

# AL PRECIPICIO #


# AL PRECIPICIO #

Cuando aprendimos a leer el reloj,
ya era demasiado tarde,
menudo comienzo,
maldito porvenir,
y todos son pasos en falso,
caparazones agrietados
y vulnerables cada segundo
de
sonrisa,
nacemos y somos retoños
a la deriva, en babia,
nos contagian la cultura heredada,
casi muerta,
y está en nuestras manos,
en nuestros traspiés,
enterrarnos de a poco
o crecer para siempre,
a veces un libro,
a veces una canción,
a veces una voz,
a veces un llanto,
nos descubre el telón
del mundo,
y tal vez, aquello
no es tan cierto,
pero las palabras valen,
aunque el tiempo
las termine secando al sol.
El hoy de una voz
perdura, si realmente,
se hace eco,
se hace piedra,
en esa conciencia,
casi nuestra
que se borronea con el letargo despiadado
de los mandatarios
que implantan las brechas del corazón,
simplemente,
con unos números,
una firma de tinta mentida,
o un increíble,
comprado,
evidente
e inexplicable
consentimiento general,
que nos quiere absorber,
representar y
acomodar
en el confortable confort
de la
conformidad
que nos doma y nos guía,
lentamente,
al precipicio
de los nadies

No hay comentarios: