# FRAGILIDADES II #
Es no querer dormir tan sólo
para poder soñar despierto
y sacar de la galera
una pizca de esperanza
que nos diga que no hay un infierno
al final del arco iris.
Es cierto el convencimiento
que nos implantamos
para de una vez decir que no,
pero los decires no son hechos,
por eso nos quebramos fácilmente
como una burbuja o un sentir.
La parsimonia dura menos que la locura.
Nuestra desesperación no espera
cuando la piel está ávida de calor
y en las cavilaciones infructuosas
de la mente en silencio
todo arde y crepita
bajo la lluvia de fuego
que gotea desde las agujas del reloj
que alargan la ausencia.
Nos llenamos de ansia,
nos mordemos la voz,
buscamos para que nos encuentren,
queremos querer sin orgullo ni lindes,
abrazar el mundo del otro
o al menos escuchar,
tenuemente y a lo lejos,
una boca que se abre y nos llama.
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