martes, 18 de enero de 2011

# DEMENCIA DE VERME #


# DEMENCIA DE VERME #

Ahí vamos,
la cabeza derecho a la pared,
y en verdad, es la mía,
es que no quiero sentirme solo,
por eso acopio compañías
que no existen,
la sangre contra el muro,
la vida de piedra,
y toda, toda, toda
la muerte que entra
en una canción,
que en mi desquicio de improperios,
es una corriente contra la vida,
sin embargo,
no voy de luto, no soy calavera,
pinto y despinto la sonrisa,
cavo las profundidades del miedo
y las extorsiono con valentía,
está bien, dibujada con tinta,
pero con la mano que no duda
si siente que debe arrasar
con la teatral interpretación
de los hombres,
los hombres que no son corazón,
pero yo, el cobarde,
me visto de escombros,
insisto y caigo
e inevitablemente
chorrean gotas
de sangre
cargadas de todo
lo que no empuñé,
de todo lo que no supe,
de todo lo que deje correr,
maldito nadie,
bien amado de la verdad,
soy mi rostro
de reflejo esmerilado,
una tragicomedia
con risas de ataúd,
oropel,
pura promesa de algo mejor
que ni tarde llega,
aunque prevalezca
con el candor
del calor de primavera.
Es que eso soy,
lo que se apaga
pero no ilumina,
lo que despierta
pero no sueña,
lo que muere,
pero no vive
¿Seremos si soy?
¿quién más está si estoy?
gracias por llegar
a donde nos encontraremos,
han venido después de todo,
!y no! no oyen lo que digo,
nunca arribaron,
otra vez fui yo,
perdón si los invento,
es que no quiero sentirme solo,
por eso acopio compañías
que no existen

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