viernes, 6 de agosto de 2010

# EN LAS DESPEDIDAS #



# EN LAS DESPEDIDAS #

Las despedidas siempre son más,
así es la matemática inalterable de la vida,
no supongo, lo se,
así de simple es,
es inalienable al latir del corazón
este final ingrato del adiós,
este pañuelo de lágrimas de viento y escarcha,
el agitar de las manos y el curso de los besos
se vuelven voraces devoradores del sentir
en las despedidas,
las fotos se vuelven ataudes,
los lugares concurridos: cementerios,
y hasta las flores plásticas se marchitan
en las despedidas,
la misivas se escriben con sangre, a veces,
nuestros ojos sangran al leerlas,
los boletos no cantan la vuelta,
se desechan al partir,
los albores del después se tiñen
de melancolía,
esa melancolía
de espejos resquebrajados
y
de faroles sin luz,
y así seguimos,
volando bajo y
tratando de sobrevivir
a las despedidas,
o tal vez, no a ellas,
sino a los huecos de ausencia
que poco a poco van
sepultando los días y sus ayeres

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