jueves, 25 de agosto de 2016

# REFUGIADOS #




# REFUGIADOS #

A ellos nunca le valdrá la inocencia
porque no saben qué es,
nunca tendrán paz
porque nacieron con un balazo
tatuado en la frente.
Quiero ser expeditivo, profundo, categórico,
pero a veces creo que ni la palabras
pueden ser más fuertes que tanta
sangre hundida en el barro.
Cómo les explicás que el mundo es otra cosa,
que al menos debería serlo.
Cómo pueden descansar en el paraíso
del viaje onírico si saben que
al despertar, la pesadilla es su vida.
Cómo duermen cálidos e indiferentes
los monstruos que orquestan este horror.
Cómo, cómo, cómo, cómo, cómo, cómo.

A veces pienso que si pudiera apretar un botón
y volar el mundo en mil pedazos, lo haría.
A veces pienso que no tenemos
derecho a estar tristes por banalidades
ni amores que se despedazan en el tiempo,
ni malos días pintados tras una ventana lluviosa.
A veces muero con ellos de una herida existencial
que
no
les
sirve
para
nada.
A veces lo callo todo y lo guardó
en el rincón infinito de la impotencia,
a veces lo escribo
con vergüenza por lo fácil que es mi vida
y con odio colérico hacia todos aquellos
que quieren que las guerras
nunca
terminen
porque
la muerte
es su
negocio.

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