# A CHARLES BUKOWSKI #
Echaré una bendición de botella
a mi santo renegado,
hijo sin padre ni dios,
maestro de lo real y lo sucio,
de la antipatía y de la derrota.
Me llega como una estocada
su poesía burda de inodoro
y me guía por la senda del perdedor
como una constelación danzante
en un pasaje de eterna oscuridad.
Uno descubre, cuando lee a Bukowski,
que todo el amor y todo el dolor
caben en un puñado de hojas de papel
y que hay demasiadas cosas
que
no
debemos
aceptar,
entre ellas,
tonterías
como la vida
y la muerte.
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