domingo, 11 de noviembre de 2012

# ANESTESIA #



# ANESTESIA #

La noche sirve para buscar la anestesia
y ver más allá del halo de moscas de los faroles de neón,
ahí, en la plena oscuridad adornada con estrellas tenues
escribimos nuestra huída, la periferia de nuestra sonrisa,
el despliegue brillante de las alas de la vigilia.
La necesidad urgente de los que trajinan por el día
es encontrar en rumbos casi ciertos el desvelo perfecto
y allí, una razón que justifique tanta cadena y tanto hartazgo,
quién sabe si es una droga para despistar a la mente
o el cobijo de besos oportunistas;
el trago helado del sol embotellado
o el rito de las almas amigas congregadas;
quién sabe si es un libro alumbrándonos con sus palabras,
o el espacio silencioso donde nos quedamos
solitarios con nosotros mismos;
un rayo partiendo el horizonte lejano
o simplemente, la solemnidad de un balazo en la cabeza
para que no se dilate más la llegada del ocaso
que viene, quizás, con más buenaventura que el futuro.

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