lunes, 21 de agosto de 2017

# UN CIUDADANO #




# UN CIUDADANO #

Una melodía oscura
nieva en tus oídos
como dios del día
y te habla de ese amor
que no podés escribir
desde aquel día obtuso
en el que el sentir
ardió desde adentro,
Pero claro, resurge,
si vos sabrás de lo que hablo.
Noches que no te alcanzan para descansar;
siempre hay un cordel horca,
una tuerca que gira en falso
y un poema que no llena el vaso.
Palabras por piedras,
tu bala grita tinta y
se muere al saber que es limosna,
un eco que retumba en la nada,
un insomnio que no sueña mundo.
Bebés un trago de mares de anestesia
cuando no querés pensar en todo,
ese todo donde sos miserable.
Cuando no querés estar,
algo siempre te encuentra
y te coloca en el piso
pedregoso del presente,
ahí donde un latido es
lo mismo que una bocina,
donde los números
llevan nombre y apellido
y tienen poco para enseñarle
al espejo porque son
cegados con el flash
que los retrata espléndidos,
tan falsamente lejos,
lejos de la muerte.
Sino no te entienden
es porque vos tampoco,
te reís del peor dolor
para naturalizar la decandencia,
para que sea diafána y endeble
esa cosa que es capaz
de secar un alma.
Estás hablando de vos,
te estás viendo desde afuera,
una torpe biografía
ahogada en el contexto,
un puñado de polvo
que se desliza entre los dedos
y se pierde sin hacer mella
en la estructura de todo
lo que hay que ser y hacer
para ser felizmente
un ciudadano.

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