lunes, 30 de noviembre de 2015

# MENOS #




# MENOS #

A veces menos es más.
Tomo esta frase como filosofía de vida,
la tiendo junto al cuadro que es
el día cuando amanece para no olvidar
andar sin su cadencia.
Claro que es endeble y para nada
absoluta, como cada argumento
sobre cualquier cosa.
Cuando una idea más se enarbola,
más flaquea, más miente.
Pero en fin, esa no es el cuento a contar
sino la precisión, el detalle de un esbozo,
la belleza de algo minúsculo,
en la simpleza está la elegancia,
lo sutil desbanca a lo desmesurado.
Un verso elocuente en una línea,
una finta en una baldosa,
una palmada, un guiño, una sonrisa
en el instante preciso donde
mil palabras hubiesen sido redundantes.
Las máquinas escriben la historia del mundo
y usan palabras como plazos, estructura,
flexibilidad, avenencia, mortandad.
son prolijos y convenientes,
saben digitar y prestidigitar.
La competitividad manda querer
siempre aspirar a más,
nunca se tiene suficiente,
nunca hay que detenerse,
actuar rápido vale más
que tener un pensamiento nítido,
lo fugaz no sirve porque
no es inversión para el futuro,
Quedarse quieto es perder
tiempo y dinero.
Y lo peor, la tragedia irrevocable,
es que día a día validamos
estas máximas como si
fueran imperativas
y no sabemos bien si nosotros
les damos vida a ellas
o si ellas
nos dan vida
a nosotros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La simplicidad es la clave de la elegancia