lunes, 9 de junio de 2014

# FANTASMAS #




# FANTASMAS #

Cada quien, en su íntimo infierno
es más verdadero, más real.
Allí, en ese cuarto oscuro
manifestamos lo que somos
con más locura que lógica,
allí se concentran nuestras patologías
y se agobia el fantasma homicida que reprimimos
para no desencajar en esta sociedad retrógrada.
En algunos late más fuerte que en otros,
algunos no pueden alejarlo de la puerta
de entrada al mundo,
algunos lo vuelven carne,
algunos lo graban con sangre.
El mío permanece en duermevela,
padece su nostalgia y su odio,
lo más confuso es cuando
despierto del sueño, me alimento,
soy quien soy, muerdo el reloj,
trajino por el día, camino los caminos,
me atasco por aquí y por allá,
me harto un rato, después me calmo,
llego, lavo mi rostro, miro al espejo
y descubro que los ojos de ese hoy
no eran los míos, sino
los de mi fantasma que ya atareado 
apenas si puede enloquecer y desbocarse
porque la vida, cada día,
lo va matando de espanto.

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