miércoles, 25 de junio de 2014

# DE LA MUERTE DE LOS NUESTROS #




# DE LA MUERTE DE LOS NUESTROS #

La niebla corona la oscuridad
mortuoria del amanecer y nada
se siente necesario.
Quiero llenar el día de olvidos, yo,
que siempre fortifiqué los recodos
de la memoria, yo, que aseguré
que la sola idea de recordar
nos hacía existir brillantes
y cándidos en la ruina del presente,
yo, que me cansé de la matanza
a mansalva de los olvidadores;
y es que de un instante
a esta parte todo me parece
prescindible, vano, insulso.
Soy máquina que procede,
que no tiembla, ni llora,
ni se cierne sobre el vivir,
ni proyecta otra cosa que
una silueta fría sobre
la espesura de la mañana.
Soy máquina porque la máquina
me despierta y me debilita,
soy máquina porque la realidad
me captura desde el sueño
y me trae una sorpresa ya anticipada,
un augurio que ya sabía en el pasado,
y es como un manto negro
que me envuelve,
con
su
infinito.

Y ausente me preciso,
dejado de lado por mi mismo,
desvencijado y aturdido
por no poder ser más
que máquina frente a esa sensación
solemne y cruda de la muerte de los nuestros.

No hay comentarios: