miércoles, 29 de septiembre de 2010

# PEQUEÑA FÁBULA DEL RELOJ Y EL TIEMPO#



# PEQUEÑA FÁBULA DEL RELOJ Y EL TIEMPO #

Un día de mi vida, tempranamente,
llamó a mi puerta un hombre distinguido,
vestido con un traje que relucía
brillante limpieza, brillante garbo,
llevaba su corbata bien planchada,
y una miraba fina que llegaba más allá
de lo que yo pensaba.
Llegó con un gran maletín y antes
que pudiera esbozar palabra saco de él
imágenes, luces, artefactos, colores,
tranquilidades y hasta me atrevo a decir,
alegrías.
Me mostró el lujo de aquellas
cosas y que podían ser mías,
que sólo bastaba con
un simple intercambio
del cual saldría beneficiado.
Aquel límpido e ilustre hombre
me ofreció sus maravillas
a cambio de mi reloj,
uno pequeño, casi una baratija
que portaba desde hace años,
¿quién sabe cuántos?
sin dudar, acepte sorprendido,
tal vez mi reloj representaba
algo valioso para aquel individuo extraño,
pero respetable,
él, complacido y realizado
desplegó un contrato donde dejé
estampada mi firma para cerrar
la transacción.
Los días pasaban y con tantas
fascinantes posesiones que tenía
perdí la noción de las horas
del sol, de la luna, vivía para
aquellas cosas, para mantenerlas,
para reinventarlas y así
descubrí que aquella persona
y su voz empresarial
no se había quedado
simplemente con mi reloj,
sino también
con mi tiempo

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