lunes, 19 de marzo de 2018

# EL SUEÑO DE LA RAZÓN #




# EL SUEÑO DE LA RAZÓN #

Las raíces nos hablan del tiempo, 
de las historias que urdimos
con mejor o peor fin
(que puede ser comienzo).
Somos fieles al cambio y también
a la inexorable estoicidad
que sembramos endebles
y es que el mundo nos marca el ritmo
con su viento en contra y su papeleo invulnerable.
Cruzamos de vereda sin mirar a los lados 
porque ya hemos soñado con el impacto 
antes de que nos arrastre por el llano cemento,
sentimos su aliento en la nuca
como beso de una hoguera
que mantiene el otoño plácido
incautado entre cerillas usadas 
y restos de comida putrefacta.
No hay pesimismo, hay realidad
y unos pies que se destajan por andar 
o huir a paso ligero sin dejar huella ni relato
siempre lejos de la ridícula pantomima divina, 
de la concepción moral  arcaica de la humanidad
y de la pútrida bandida jurisdicción donde todos 
son dueños de aquellos nosotros que tenemos 
la obligación de permanecer en silencio.

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