miércoles, 20 de octubre de 2010

# SIN PEDIR PERMISO #


# SIN PEDIR PERMISO #

No habíamos cambiado el mundo aquel día,
pero lo descubrimos,
lo exprimimos contra la pared
y nos vimos,
y eramos nadie,
sin embargo,
nos reconocimos,
y estabamos sin máscaras,
hoy sirve de consuelo.
Pensamos del mundo
su trajín incesante
de calaveras de carne,
su apuro por no llegar tarde
a la cola de la tristeza,
su sin fin de ruidosa oscuridad,
su maldito empeño por ser mejor
cada minuto de futuro,
pero ser mejor sobre el otro,
el otro que es la gente,
la gente que es el mundo,
y yo quiero mis manos vacías,
no inmiscuirme en el tropel
de las almas de plástico,
fantasear lejos del cubículo
de paredes inmensas,
yo quiero estrujarme el corazón
y que gotee tinta de versos,
yo quiero despeñar el cúmulo
de momentos podridos al sol,
alejarme del abrazo de las sombras
que me arrincona entre los muros
de la vida artificial
y lejos,
bien lejos de su vorágine,
cosechar la siembra
que enterré en aquellos
pasadizos escuetos
donde,
alguna vez,
sin pedir permiso
fui libre

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